62 años de solidaridad médica cubana: un legado de internacionalismo y humanismo en Salud

El 23 de mayo de 1963, Cuba marcó un hito en la historia de la cooperación médica internacional al enviar su primera brigada de profesionales de la salud a Argelia, en un gesto de solidaridad sin precedentes que, a decir del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, engrandeció a la Patria «porque todo lo que se haga por los demás, todo lo que se haga por otros pueblos, todo lo que se haga por la humanidad, es lo que puede dar sentido a la vida de un revolucionario y es lo único que nos permite poder sentirnos miembros de la familia humana».

Desde entonces, más de 605 mil médicos y especialistas han prestado sus servicios en 165 países, dejando una huella imborrable en la vida de millones de personas.

Hoy, más de 24 mil colaboradores continúan su labor en 56 naciones, enfrentando desafíos y ofreciendo atención donde la salud es un lujo inaccesible. Su contribución ha sido clave en la lucha contra epidemias, desastres naturales y crisis sanitarias, consolidando la esencia de un modelo basado en el humanismo, la solidaridad y el internacionalismo.

Uno de los mayores logros de la cooperación médica cubana ha sido la “Operación Milagro”, mediante la cual más de 3 331 900 pacientes recuperaron la visión. Esta iniciativa, creada por Cuba y Venezuela en 2004, regaló a pobladores de bajos recursos tratamientos oftalmológicos gratuitos, reivindicando el derecho fundamental a la salud.

En estos más de 60 años de labor, los nuestros  han realizado más de 17 342 150 intervenciones quirúrgicas y 5 606 400 partos, demostrando que la salud no debe ser un privilegio, sino un derecho universal. Si no hubiera sido por la intervención oportuna de los profesionales cubanos en diversas partes del mundo, más de 12 127 000 personas podrían haber perdido la vida.

En primera línea contra desastres y epidemias marcha también, desde su creación, en 2005, el Contingente Internacional de Médicos “Henry Reeve”, quienes han protagonizado algunas de las mayores epopeyas humanitarias en defensa de la vida. 90 brigadas han prestado servicios en 55 países, con más de 13 400 colaboradores atendiendo crisis sanitarias de gran magnitud.

A lo largo de los años, estos galenos han asistido a más de 8 045 800 personas, realizado 43 900 intervenciones quirúrgicas y salvado más de 166 900 vidas. En los momentos más difíciles, cuando los sistemas de salud colapsan y la esperanza parece desvanecerse, ahí han estado los médicos de la Isla, brindando atención en zonas olvidadas y de difícil acceso.

A pesar de las fuertes presiones del bloqueo económico y los intentos de desprestigiar la cooperación médica revolucionaria, la realidad es que su impacto es incuestionable. No es Cuba quien habla, sino los pueblos, los pacientes, los egresados y los beneficiados, quienes dan testimonio de la diferencia que estos profesionales han hecho en sus vidas.

En un mundo donde la salud es muchas veces un privilegio, la nación caribeña la defiende como un derecho; porque cuando la vida de un pueblo está en riesgo, el deber de un médico nunca es cuestionar, ni dudar: es acudir, es salvar, es transformar.

A 62 años, su misión sigue intacta: ofrecer ayuda donde más se necesita, sin pedir nada a cambio. En cada país, en cada comunidad, en cada emergencia; la presencia de la cooperación médica cubana es humanismo, es entrega, es ejemplo de solidaridad, altruismo y de compromiso social con los pueblos

Este legado no solo pertenece a Cuba, sino a la humanidad y de una Patria grande que ha hecho de la solidaridad, su mayor fortaleza.

Autora: Isabel Díaz González

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