Cuba por el mundo: historias de humanismo y solidaridad de la colaboración médica

«Para entender la inmensa obra de humanismo y amor que es la cooperación médica internacional, hay que repasar la historia de la cooperación médica», afirmó hoy el doctor Michael Cabrera Laza, director de la Unidad Central de Cooperación Médica (UCCM), durante el espacio televisivo Mesa Redonda.

Ante la más reciente arremetida del Gobierno estadounidense, que otra vez ataca uno de los espacios más sensibles del alma de nuestro pueblo: las misiones médicas, el directivo resaltó que más de 600 mil cooperantes cubanos han brindado asistencia sanitaria en diferentes regiones, incluyendo a África, Asia, Europa y América, con presencia incluso en Estados Unidos y Canadá.

En la entrevista, Cabrera Laza destacó la larga historia de humanismo y solidaridad de nuestra cooperación, iniciada en 1963, cuando llegó a Argelia la primera brigada cubana. «A pesar de la escasez de médicos en Cuba en ese momento, se logró enviar 50 profesionales, estableciendo un modelo de cooperación que ha perdurado a lo largo de los años», enfatizó.

«Desde entonces -continuó explicando- un momento significativo resultó la creación del Programa Integral de Salud, implementado tras el paso de los huracanes Mitch y George por Centroamérica, basado en el modelo de Atención Primaria de salud. Un programa que transformó la colaboración médica caribeña y fue seguido por la creación de algunas experiencias inolvidables como “Barrio Adentro”, en Venezuela, y la “Operación Milagro,” que logró devolver la visión a más de 3.3 millones de pacientes».

En sus valoraciones en la Mesa Redonda, recordó que en 2005, luego de los daños provocados por el huracán Katrina en Estados Unidos, Cuba creó, por idea del Comandante en Jefe Fidel Castro, el Contingente Henry Reeve, con una cifra superior a los 10 mil profesionales dispuestos a cooperar. «Este contingente también jugó un papel crucial durante la epidemia del ébola en África Occidental, en 2014, cuando llegaron 256 colaboradores en los estados afectados».

Cabrera Laza aseveró que actualmente Cuba colabora con 56 naciones y cuenta con más de 24 mil colaboradores médicos. Dijo, además, que, a lo largo de la historia, más de 2,3 millones de personas han sido atendidas por profesionales nuestros, lo que definió como «una cifra impresionante, que refleja el compromiso y la solidaridad del pueblo cubano y sus héroes de batas blancas».

Posteriormente, intervino en el espacio televisivo la doctora Yadzia Limonta, jefa de Departamento de la UCCM. «La colaboración médica cubana es asistencial, docente e investigativa» reflexionó, a la vez que subrayó la significación de una obra cargada de amor y compromiso, que consiste no solo en brindar asistencia, sino también en formar profesionales».

Para la doctora, la preparación para una misión médica incluye superación idiomática y técnica, y también principios docentes y éticos, ante todo. De ahí que «cuando uno va a una misión, se prepara porque es una experiencia única; sabes siempre a lo que vas y cuáles son las condiciones. Nosotros no vamos engañados, sabemos para qué lugar vamos, qué función tenemos y con quiénes vamos a estar conviviendo. Vamos a salvar vidas en el exterior, no vamos a otra cosa que no sea a ofrecer amor y a recuperar a las personas».

Los principios de solidaridad e internacionalismo que guían las misiones médicas cubanas

La participación voluntaria de los profesionales en las misiones médicas cubanas, basada en valores como el humanismo, la solidaridad, la abnegación y la valentía, fueron aspectos considerados posteriormente en el espacio Mesa Redonda de este martes, por el doctor Julio Guerra.

Como colaborador de la Salud, bien conoce de esos principios de solidaridad e internacionalismo que guían a las misiones médicas protagonizadas por los profesionales de la Mayor de las Antillas, y sobre eso habló en sus declaraciones.

La creación de la Brigada Henry Reeve, en 2005, tras el huracán Katrina, con el propósito de brindar ayuda humanitaria y médico-sanitaria, se distingue por la rápida movilización y alta preparación científica y profesional de sus integrantes, elementos que constituyen líneas esenciales de una proeza inmensa de solidaridad y de internacionalismo que están muy claros en nuestras misiones desde el mismo triunfo de la Revolución, sentenció.

Brigada Henry Reeve llega de Sudáfrica

Cuando se acercan los 20 años de la fundación de la Brigada Henry Reeve, en este 2025, el doctor Julio Guerra, un heraldo de humanismo en el enfrentamiento a situaciones de desastres y graves epidemias, resumió el destacado papel de sus miembros durante la pandemia provocada por la COVID-19, con el despliegue de 58 brigadas médicas que brindaron servicios en 42 países.

Al respecto expresó que: «la significativa presencia de la Brigada en diversas misiones, incluyendo desastres naturales y epidemias en naciones como Guatemala, Pakistán, Haití, Bolivia e Indonesia, habla de esa solidaridad y ayuda desinteresada y gratuita de los nuestros ante una enfermedad cuyo enfrentamiento evidenció, sin dudas, la grandeza de la medicina revolucionaria cubana».

Precisamente, es esa medicina la que se construye desde la visión internacionalista de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), que tras 25 años de creada continúa forjando verdaderos abanderados en defensa de la vida.

«Hoy hemos formado a más de 400 mil profesionales de la Salud y más de 201 mil de ellos son médicos provenientes de 150 países», explicó en ese sentido la doctora Yoandra Muro Valle, quien se encuentra al frente de la imprescindible institución.

Al dialogar, evocó cómo el Comandante en Jefe siempre previó la formación de los más pobres y necesitados en otros pueblos del mundo, en profesiones tan urgentes como las médicas; «y para ello surge la ELAM, para favorecer a sus pueblos en la promoción del “más noble y humano de todos los oficios: salvar vidas y preservar la Salud”, como soñó Fidel en aquel inolvidable noviembre de 1999».

Con orgullo abordó que se iniciaron con alumnos de 18 países y que hoy son estudiantes de 122 naciones «los que desandan las aulas de la Escuela Latinoamericana de Medicina». 

Casi al finalizar, la doctora Yoandra Muro Valle ponderó la labor que realizan “sus docentes” con relación a notables criterios de calidad, esenciales en las dimensiones de la gestión universitaria, en la formación, la investigación, la creación artística y la innovación, como parte del quehacer de un centro faro de esperanza y solidaridad en el planeta. «El impacto de la ELAM en la colaboración médica no puede subestimarse. Ha sido una cuna de formación para miles de médicos, brindándoles no solo una educación de calidad, sino también inculcándoles los valores de altruismo, solidaridad y humanidad», concluyó la rectora, al esbozar ese espíritu de cooperación y hermandad que caracteriza a la medicina revolucionaria cubana, «que no se detiene ante campañas injustificadas y crueles contra las historias de humanismo y solidaridad tejidas por los nuestros».

Texto: Isabel González Díaz

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