Cuando la solidaridad de una nación es más fuerte que un tornado

Hoy los habaneros rememoran fotos, videos, escenas que hace un año se volvieron virales. Aquella noche del 27 de enero de 2019, quedó en la memoria de todos los cubanos. Fue la noche en la que La Habana sintió la furia de un tornado. Nunca los cubanos, tan acostumbrados a enfrentar furiosos ciclones y huracanes, pensaron que un evento como ese pudiese ser el protagonista de tanto desconsuelo y devastación. Pero, también fue el impulso que movió a toda una nación a pensar como país.

Desde las primeras horas del incidente, no hubo tarea que tuviese mayor prioridad que recuperar todo lo que se había perdido. No se hicieron tardar imágenes que conmovieron a Cuba y al mundo, mostrando la valentía, el amor y el humanismo de los cubanos. Más fuerte que el Tornado, fueron las muestras de solidaridad que desde todas partes llegaron hasta La Habana.

El sector de la salud no estuvo excento de los daños de este fenómeno: 19 instalaciones afectadas, 4 policlínicos, 10 Consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia, 2 Hogares de ancianos, 1 Farmacia Comunitaria y la Unidad de Vectores, en el municipio Regla. Pero el lugar que más conmovió a la población cubana fue el Hospital Materno Infantil de Diez de Octubre (Hijas de Galicia), puesto que habían ingresados al momento del paso del tornado 196 pacientes; 17 niños en la sala de Neonatología y dos de ellos en estado crítico, y ninguno de ellos sufrió ningún tipo de lesión. Ese hospital perdió el 90% de todos los ventanales; se afectaron las cubiertas, se perdió la red hidrosanitaria e hidráulica; de unos 74 tanques se afectó más del 80 % y también las tuberías.

Gracias al trabajo arduo y conjunto del gobierno cubano, el 19 de marzo las instalaciones de salud afectadas estaban en condiciones de ofrecer servicio al pueblo, como claro ejemplo de que la salud pública constituye una prioridad del estado cubano.

El tornado mostró al mundo, la capacidad de respuesta del pueblo cubano y el verdadero valor de su personal de salud como nunca antes. Ellos fueron los verdaderos héroes y heroínas de esa noche. Día a día se conocen historias de doctores, enfermeras o técnicos que son dignas de contar, ese es su quehacer diario, es su rutina; pero las sucedidas esa noche quedarán en la historia de la salud pública cubana.

Síntomas de solidaridad, hermandad y desinterés fueron los sentimientos que reinaron durante aquellos días que siguieron, luego de esa noche tormentosa. A un año de aquellos acontecimientos los cambios en la ciudad son admirables, igual que sus pobladores.

(Con información del periódico Granma)

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