La eterna admiración hacia quienes protegen la salud de nuestro pueblo
En marzo del pasado año, la vida de la familia de Yanilia Barrueta Díaz dio un vuelco triste e inesperado. Su hija, Helen Aurora Crespo Barrueta, una adolescente de 16 años, sufrió un accidente cerebrovascular y una encefalitis hepática, un suceso tan repentino como devastador que la dejó en un estado mínimo de conciencia. Sin embargo, lejos de sucumbir ante la adversidad, la historia de Helen Aurora es testimonio del poder de la resiliencia y el amor incondicional de una madre, así como del compromiso inquebrantable de los profesionales de la salud pública cubana.