Psiquiatría cubana estudia impacto de las tecnologías en la salud mental

En el peligro de estar viviendo un siglo XXI «conectados» en exceso, y cada vez más dependientes de los ordenadores o el celular, encuentra nuevos y enormes retos la psiquiatría, dijo a Granma la doctora Miriam de la Osa O´Reilly, jefa del Servicio de Psiquiatría del hospital clínico-quirúrgico Hermanos Ameijeiras, durante la primera jornada del IX Congreso cubano de esta especialidad.

Hablamos de adicciones comportamentales, que pueden expresarse desde el distorsionar la realidad, mostrar dependencia hacia los dispositivos hasta el tener problemas de comunicación y socialización, e incluso actitudes proclives al suicidio, todo ello relacionado con el mal uso de los móviles y las diferentes redes sociales en Internet.

Cuando la sociedad cubana avanza hacia la informatización como una prioridad, resulta, a juicio de la especialista, muy actual la temática escogida para la cita: Fronteras de la Psiquiatría ante el impacto de las nuevas tecnologías.

El congreso, que aspira a ser un espacio de reflexión, intercambio científico y compromiso profesional, sobre una ciencia que gana en madurez y experiencias en el camino hacia el mejoramiento y bienestar humano, agrupa en el Palacio de Convenciones de La Habana a más de 250 delegados cubanos y de una veintena de países hasta el viernes 15 de marzo.

«Hemos tratado de que el programa científico aborde los principales problemas de salud mental en la población, al tiempo que constituya una actualización  en temáticas propias de esta centuria  como las ventajas y peligros de la utilización de Internet, pero también del desarrollo de las neurociencias y la nanotecnología en psiquiatría», comentó la también presidenta del comité organizador.

Todo el tiempo nos comunicamos, y que exista una red como una autopista, en la cual uno pueda avanzar en el tiempo, la distancia, los amigos y los conocimientos es extraordinario. Pero esa misma res entraña, si no se usa adecuadamente, múltiples peligros, dijo.

De ahí que los profesionales de la psiquiatría insistan desde la promoción de salud y prevención de enfermedades, en que se tenga conciencia de los problemas que pueden acarrear las llamadas TICS; una alerta que implica a los medios de comunicación y al resto de la sociedad, máxime cuando Cuba se conecta cada vez más, insistió la doctora de la Osa O´Reilly.

En las propias redes sociales que se van creando y las existentes, deberían colocarse contenidos más saludables, encaminados al bienestar de las personas, al tiempo que se necesita de una lectura crítica de esos mensajes que a diario consumimos, y no perder de vista lo que consumen los más pequeños de casa, alertó.

La población joven es la más afectada por este mal uso, explicó la especialista. Y los ejemplos sobran, desde la nomofobia o miedo a estar tiempo sin el móvil, la necesidad de chequearlo incluso cuando la persona despierta en la madrugada, hasta las controvertidas selfies, que han causado la  muerte en la búsqueda de lugares novedosos, exuberantes… y la construcción de una vida virtual en redes como Facebook, disonante de la realidad y que puede conducir a la depresión.

Asimismo, la entrevistada mencionó otras consecuencias orgánicas de estas adicciones como trastornos de la visión u ortopédicos, al adoptar posturas incorrectas por mucho tiempo frente a un ordenador o móvil.

Por otra parte, para la profesora de la Osa, en esta era tecnológica, la piedra angular de la especialidad sigue siendo la formación clínica, señaló.

Con sede en la capital, el IX Congreso cubano de Psiquiatría se extendió en un grupo de cursos precongresos hacia las provincias de Artemisa, Santiago de Cuba y Holguín.

En la jornada de clausura este viernes, el Doctor en Ciencias Pastor Castell-Florit Serrate, director de la Escuela Nacional de Salud Pública de Cuba y presidente del Consejo Nacional de Sociedades Científicas de la Salud, subrayó que Cuba reconoce la complejidad de los problemas de salud mental y su determinación social, así como el derecho de la población a ella, a la provisión de información y comunicación con pacientes y familiares, y a la comprensión y apoyo hasta la recuperación y la continuación del proyecto de vida.

La doctora Carmen Borrego, jefa de la sección de Salud Mental y Adicciones del Ministerio de Salud Pública, significó el alto conocimiento y responsabilidad de los profesionales de esta rama en Cuba, que laboran en una amplia red de servicios en el país y superan los mil especialistas.

Tomado de: Granma

 

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