Cuba a la vanguardia en el tratamiento del glaucoma
Cada 12 de marzo se celebra el Día Internacional del Glaucoma, considerado la segunda causa de pérdida permanente de la visión a nivel mundial, comportamiento que también en Cuba se manifiesta de ese modo. Aún en las condiciones atípicas asignadas por la pandemia de la COVID-19, la Mayor de las Antillas se suma a la iniciativa de valorar cuánto se ha avanzado y los principales desafíos que representa el tratamiento a esta dolencia oftalmológica.
El Dr. Francisco Fumero, jefe del departamento de Glaucoma en el Instituto de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, en La Habana, comentó que la nación caribeña cuenta con todas las facilidades técnicas y profilácticas para el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad.
El glaucoma es una neuropatía óptica multifactorial de evolución lenta y progresiva, cuyo principal factor de riesgo es la presión intraocular, la cual al elevarse ocasiona un daño en el nervio óptico y en las capas de fibras neuroretinianas, ocasionando así un cambio en el campo visual de la persona.
Aunque se desconoce la causa definitiva de la dolencia una de las más aceptadas posibilidades es una alteración en las estructuras de drenaje del ojo por predisposición genética del paciente. Fumero detalló que existen tipos de glaucoma y en ese sentido varias clasificaciones, la más común se divide en dos categorías fundamentales: de ángulo abierto o cerrado; primario o secundario; siendo el abierto, caracterizado por ser asintomático, por lo que muchos desconocen de su condición hasta que comienza a afectarse su nivel de visión. De ahí que la mayoría de las personas en las cuales se realiza un diagnóstico temprano, por lo general se han sometido con anterioridad a chequeos periódicos de salud.
La variante de ángulo cerrado, de menor incidencia, se caracteriza por la aparición de progresivos dolores en el glóbulo ocular que pueden manifestarse en ambientes de penumbra, al tener la cabeza echada hacia delante, ante momentos de estrés, al usar un medicamento que dilate la pupila o durante un examen de visión que así lo requiera, hasta llegar a una fuerte punzada que constituye una verdadera emergencia de la Oftalmología.
Entre los factores de riesgo identificados para el desarrollo del glaucoma se encuentra en primer lugar la edad, pues es más frecuente en personas que hayan sobrepasado los 40 años, aunque se han registrado casos en edades muy tempranas, en ese sentido los especialistas recomiendan mantener una vida saludable, ejercicios, cumplir con el tratamiento, asistir a cada consulta programadas, no fumar y evitar el alcohol.
La complejidad en el tratamiento de esta afección está determinado por el hecho de que en sus estadios iniciales cursa asintomática, al ser diagnosticada, alrededor del 45 por ciento de las fibras ópticas del paciente se encuentran dañadas y comienzan a manifestarse los cambios en el campo visual (capacidad de ver los objetos a nuestro alrededor), a pesar de tener una visión central óptima, y ya en estadios más avanzados se afecta la visión.
Asimismo, los propios daños a nivel celular de las fibras afectan a las vecinas, al liberar sustancias y radicales libres, aun cuando se tiene la presión ocular dañada, puntualizó Fumero.
A pesar de las limitaciones que impone el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba, la nación caribeña cuenta con una sólida estructura tecnológica para el diagnóstico del glaucoma.
Se dispone de equipamientos para evaluar la estructura del nervio óptico; por ejemplo, con tomógrafos de coherencia óptica, de dominio espectral, y existe la posibilidad también de realizar pruebas funcionales a través de modernos equipos destinados a estudios de campos visuales computarizados, que permiten seguimiento del nervio óptico con una estructura dañada.
Entre ellos se encuentran el electroretinograma y otros de electrofisiología visual; además, señaló el especialista, la interrelación con los departamentos de Neuroftalmología para el completamiento de este y otros tipos de exámenes.
Por otra parte, el tratamiento a los pacientes también se encuentra garantizado con la producción nacional de varios colirios hipotensores: timolol (betabloqueador) y betaxolol para pacientes asmáticos intolerantes al primero, otros inhibidores de la anhidrasa carbónica como la dorzolamida, y colirios combinados prostalandínicos, que es el caso del latanoprost.
De acuerdo al grado de avance del glaucoma, se implementan otras terapias como la utilización del láser en pacientes de estado leve o moderado para alargar en el tiempo el daño más profundo, y también se realiza la trabeculectomia, cirugía convencional filtrante.
Tomando como basamento las tecnologías de cirugías mínimamente invasivas desarrolladas en el mundo, los especialistas cubanos crearon una variante quirúrgica que utiliza el instrumental destinado para las operaciones de retina, y así se logra de una manera controlada eliminar fragmentos del tejido que impide el flujo normal de los líquidos en el ojo y con ello compensar la presión, explicó Fumero.
Así, además, se pospone la necesidad de una cirugía más invasiva y no se afecta la superficie del glóbulo ocular demostrando la efectividad de una práctica, que ya cuenta con tres años de implementación en pacientes de toda Cuba.
El Instituto de Oftalmología Ramón Pando Ferrer y su departamento de Glaucoma rectoran la formación no solo de los residentes, sino de otros especialistas a partir del diseño de una malla curricular con cursos postgrado y de entrenamiento en la especialidad, para nacionales y extranjeros.
Con la publicación de libros y textos científicos, desde ese hospital capitalino se establecen los protocolos de la especialidad, los cuales unifican criterios y procedimientos a nivel de país, sustentado por una sólida red de colaboración e intercambio constante en toda la geografía cubana.