Día del Riñón: Vivir bien con la enfermedad renal
Cada 11 de marzo se celebra el Día Mundial del Riñón. Hoy y durante todo el mes de marzo, la Sociedad Cubana de Nefrología de conjunto con el Ministerio de Salud Pública desarrolla una campaña de concientización sobre la importancia del riñón para el organismo, así como las causas, el tratamiento y las complicaciones asociadas al daño renal, padecimiento cada vez más frecuente.
El Doctor en Ciencias Jorge Pérez-Oliva Díaz, presidente de la Sociedad Cubana de Nefrología,expresó que la enfermedad renal crónica engloba a todas las enfermedades que provocan un daño renal durante al menos tres meses y que perjudican la salud de las personas.
Son más propensos a padecerla aquellas personas diabéticas; hipertensas; obesas; mayores de 55 años; con antecedentes personales de bajo peso al nacer, enfermedades cardiacas, cerebro-vasculares, renales, genéticas, hereditarias o de familiares con enfermedad renal crónica.
Además, del exceso de consumo de analgésicos y anti-inflamatorios; los manipuladores de productos químicos, metales pesados o agroquímicos y el hábito de fumar o el consumo habitual de alcohol.
Pérez-Oliva manifestó que la COVID-19 ha demostrado una mayor incidencia en pacientes con enfermedad renal de cualquier grado o magnitud, a partir de un estudio realizado a convalecientes en el Instituto Nacional de Nefrología “Dr. Abelardo Buch López”.
Asimismo, la pandemia es más severa en pacientes con esta patología, pues incrementa el riesgo de mortalidad, contribuye en la severidad de los pacientes y en un peor pronóstico.
Para prevenir la enfermedad renal se recomiendan adoptar estilos de vida saludables que van desde tomar entre 2.5 a 3 litros de agua al día, agregar poca sal y azucares en las comidas, realizar ejercicio físico y, de ya padecer de diabetes o hipertensión, mantener controlada la glicemia y la presión arterial.
Además, resulta muy importante continuar con la medicación en el caso de las enfermedades crónicas no transmisibles y no tomar ningún medicamento sin consultar antes al médico; aunque la enfermedad renal crónica resulta común y dañina, siempre es tratable.
Este 2021, la campaña tiene como tema central “Salud renal en todas partes: Vivir bien con la enfermedad renal”, y persigue el propósito de concientizar a los diagnosticados con este padecimiento de que es posible “vivir bien”, en dependencia de cómo sean capaces de controlarlo y de mantener una vida social activa en lo cotidiano, laboral y familiar.
En el país se desarrollan estrategias para detectar de forma precoz la enfermedad renal crónica en los grupos de riesgo y garantizar el seguimiento de los identificados desde la Atención Primaria de Salud. También a nivel de las 56 instituciones de la Especialidad, donde se tratan los pacientes con mayor nivel de daño renal y en especial aquellos que viven gracias a la diálisis peritoneal, la hemodiálisis o los trasplantados renales.
En el país más de cuatro mil 500 pacientes se encuentran en hemodiálisis crónica, cerca de 80 en diálisis peritoneal y mil personas viven con trasplante renal.
Pérez-Oliva Díaz afirmó que la atención a la COVID-19 en la especialidad de Nefrología demuestra las fortalezas del sistema sanitario cubano, que desde la alta tecnología de los métodos dialíticos ha contribuido a salvar vidas, manteniendo la actividad de nefrología clínica, métodos dialíticos y efectuando trasplantes renales pese a la pandemia.
Un 10 por ciento de la población mundial vive con este padecimiento, lo que representa alrededor de 850 millones de personas y 3,9 millones viven gracias a los métodos dialíticos y el trasplante renal, por lo que es una de las enfermedades más comunes.
En Cuba, las investigaciones epidemiológicas estiman que son alrededor de 600 mil las personas con una enfermedad renal y, a pesar de que la mayoría de la población conocen de la diálisis o el trasplante como causa final del daño renal, es alarmante que solo uno de cada cinco personas este preocupado por presentar problemas renales ocasionados por su diabetes o hipertensión. Mientras que solo una de cada 10 personas conocen que la padecen y siete de cada 10 inician la hemodiálisis sin detección previa, precisó el especialista.