Plantas medicinales, medicamentos homeopáticos e inmunidad
El uso de las plantas medicinales y las formulaciones de ellas derivadas constituyen sin dudas la más tradicional medicina cubana. A la llegada de Cristóbal Colón a Cuba, el almirante apuntó en su diario el día 5 de nobiembre de 1492 “…diz que dixo un indio por señas que el almáciga es buena para cuando les dolía el estómago…”. Desde nuestra más remota historia y hasta estos tiempos de COVID-19, los cubanos han utilizado ininterrumpidamente las plantas medicinales para prevenir o curar enfermedades. Durante los últimos meses, por ejemplo, se ha incrementado la producción y el consumo de jarabes como el de orégano, aloe e IMEFASMA para tratar infecciones respiratorias agudas.
Igualmente, resulta una preocupación constante de las personas buscar vías naturales para fortalecer la inmunidad. En este sentido, a partir de las urgencias y temores provocados por la pandemia, no poco se ha comentado y a veces especulado sobre las bondades de las plantas medicinales. Más allá de la tradición y los usos etnomédicos, existen investigaciones que avalan el efecto inmunomodulador de determinadas especies vegetales, como es el caso la equinácea (Echinacea sp.) o la uña de gato (Uncaria tormentosa).
Sin embargo, en Cuba el anamú (Petiveria aliácea) ha sido quizás la planta mejor estudiada, entre otros por el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) y Laboratorio Farmacéutico Oriente. Esta última empresa, adscrita a la OSDE BioCubaFarma, tiene registrada ante la autoridad reguladora la forma farmacéutica tabletas de anamú 400 mg como medicamento de origen herbario indicado en la inmunodeficiencia celular en adultos.
Otro de los productos naturales disponibles en el país con acción sobre el sistema inmune es el Nutrisol, suplemento nutricional producido por LABIOFAM a partir de una mezcla de componentes de savia de pseudotallo de plátano (Musa paradisiaca), propóleos y miel de abejas. Se recomienda su uso profiláctico o adyuvante en personas con desordenes del tracto gastrointestinal, así como del sistema inmune asociados a procesos infecciosos o crónicos.
A las opciones de las plantas medicinales, se suman los medicamentos homeopáticos. De forma progresiva se ha ido extendiendo la distribución de PrevengHo-Vir por todo el país, como elemento incorporado a las estrategias de prevención del MINSAP para el enfrentamiento a la COVID-19. El mismo fue registrado ante la autoridad reguladora de medicamentos del país en la categoría de medicamentos homeopáticos, recomendándose su uso para la prevención de la influenza, enfermedades gripales, dengue e infecciones virales emergentes, siendo de utilidad su empleo en condiciones de riesgo epidemiológico.
El Cuadro Básico de Productos Naturales también cuenta con AliviHo-Inmune, otro complejo homeopático que en este caso se recomienda a partir de la acción específica de cada uno de sus componentes, como estimulante auxiliar del sistema inmune, particularmente en pacientes en períodos de recuperación o convalecencia.
Otras modalidades terapéuticas de la Medicina Natural y Tradicional se suman a las anteriores de la Fitoterapia y la Homeopatía, por sus potencialidades de incrementar la capacidad de respuesta del organismo de forma general ante las enfermedades, y específicamente en el caso de la estimulación del sistema inmune. Actualmente se desarrolla un ensayo clínico sobre el valor de la Ozonoterapia administrada por vía rectal como complemento del tratamiento convencional en el paciente con diagnóstico de COVID-19.
Así, a través de la investigación y el desarrollo de nuevos productos, se continuará ampliando el abanico de posibilidades de la Medicina Natural y Tradicional para fortalecer la inmunidad y la resistencia del organismo ante diversas enfermedades.