Salvar y emocionarse: la huella del Dr. Abel Tobías

Voces del Henry Reeve
Abel Tobías Suárez Olivares parece haber puesto en práctica, desde siempre, el poder que encierran las páginas de El Alquimista, especialmente esa idea de que: “Las dudas y los obstáculos llegarán… pero siempre confía en la sabiduría de tu corazón”.
Lo percibo cuando nos narra pasajes de su vida:
“Mi madre murió cuando tenía 20 años, en pleno segundo año de carrera. Un infarto agudo del miocardio se la llevó. El apoyo de la facultad y de mis compañeros me sostuvo.

Mi hijo —que hoy tiene 13 años— nació mientras yo cumplía misión en Mozambique. Apenas pesó 1090 gramos, vino al mundo con 32 semanas, luchando por cada latido. Hoy está sano, estudiando, y es una razón más para seguir entregándome sin reservas.”
Marcado por estos recuerdos personales llegó este especialista de 2do grado en Medicina Interna y en Administración de Salud, vestido con las galas del Contingente Internacional Henry Reeve en tiempos de pandemia, a Italia, a México y luego a la provincia cubana de Ciego de Ávila.
Su mirada revela la historia de un santiaguero humilde, con una inteligencia vivaz y un corazón gigante. Cuando habla, su voz se quiebra, las emociones afloran, y es imposible no sentir el peso de cada palabra.
“Aprendí a leer con la revista El militante comunista. Mis padres me pusieron Abel por el mártir Abel Santamaría. Le debo tanto a esta revolución… como tantos que hoy se benefician y ni siquiera lo recuerdan.”

Periodista (P): Háblanos de su experiencia en Italia en 2020, ¿cómo fue?
Dr. Tobías (T): “La brigada se sentía preparada para el desafío, pero este era grande por lo que representaba llegar a un país de primer mundo, y en pleno pico de la pandemia. Trabajamos intensamente, pero de forma organizada. Escuchar, a las dos semanas de trabajo, a alguien decir que va a llevar tu nombre grabado de por vida porque lo salvaste, significó un impacto para mí.
La solidaridad de los médicos italianos, los jóvenes que nos ayudaron con el idioma, el reconocimiento de los pacientes y de las autoridades fueron actos de fraternidad que jamás olvidaré.


Tuve el honor de participar en el libro Cubanos en Turín, junto a colegas cubanos e italianos. También colaboré en un libro sobre las lecciones de Cuba y Vietnam frente a la COVID-19, y publiqué un artículo científico sobre la misión en México, donde también desplegamos un esfuerzo estimable.”
P: ¿En qué momentos ha sentido con mayor fuerza que ha librado auténticas batallas entre la vida y la muerte?
T: “Lo he sentido cada vez que recuerdo que pertenezco a un Contingente que no existiría sin la visión de Fidel. En medio de una emergencia, cuando sabes que cada decisión puede significar salvar o perder una vida…También cuando compartimos experiencias con jóvenes, para que comprendan el papel que juega Cuba en el mundo. Momentos como esos hacen mucha falta, pues de ahí surgen lecciones que deben multiplicarse, por lo que significa ser parte del Henry Reeve que es, sobre todo, la oportunidad de poner las cuatro letras de tu país al servicio de la humanidad.”

P: ¿Qué le motiva a seguir entregándose en cada misión?
T: “Ser útil. Agradezco cada día la oportunidad de luchar por la vida, por mis pacientes, (ahora en el Hospital Materno Sur Mariana Grajales Cuello de Santiago de Cuba), por mi familia, por mi país y por la humanidad. Y por esa fuerza me emociono hasta las lágrimas.”
Autora: Mylenys Torres Labrada