Bajo el sol de Gambia: la huella solidaria de la medicina cubana

Desde 1996 especialistas cubanos de la salud escriben una historia de solidaridad en Gambia, uno de los países más pequeños y pobres del continente africano.
Acerca de los desafíos, los logros y el sentido humano de esta misión, conversamos con el Dr. Juan Oquendo, actual jefe de la brigada médica cubana allí.

—Doctor Oquendo, qué alcance tiene hoy la brigada médica en Gambia?
—”Nuestra presencia se ha mantenido en Gambia de manera ininterrumpida desde 1996. En 1998 también se incorporó una brigada de docentes cubanos que trabajan en la Universidad de Ciencias Médicas del país. Ha sido una labor sostenida y profundamente humana.
Hoy la brigada trabaja en los principales hospitales públicos del país, pero también en zonas muy apartadas, incluso en regiones orientales con temperaturas extremas que superan los 48 grados. En esas zonas, no solo atendemos a ciudadanos gambianos, sino también a pacientes de Senegal y Guinea-Bissau, que viven cerca de las fronteras y saben que hay médicos cubanos en los hospitales rurales”.
—¿Qué tipo de atención ofrece la brigada en esas condiciones?
—Nuestra labor no se limita a la consulta. Realizamos también actividad quirúrgica y ginecobstétrica, lo cual representa un verdadero reto por la escasez de recursos que enfrenta el país. Nuestros especialistas en Medicina General Integral atienden a la población pediátrica, aembarazadas, a adultos mayores, a pacientes con enfermedades crónicas…E un trabajo asistencial diario, muy exigente, pero necesario sobre todo con los niños, al no existir aquí personal especializado para su atención, los resultados de nuestro esfuerzo han contribuido a la reducción de la mortalidad materno infantil en el país, ese es uno de nuestros grandes logros, y eso nos alienta y recompensa”.
—¿Cómo mantienen la coordinación y el respaldo en un entorno tan complejo?
—Desde la dirección de la brigada mantenemos visitas sistemáticas a todas las regiones donde trabajan nuestros colaboradores, y les brindamos información y orientación constante. Nos guiamos por las estrategias del Ministerio de Salud Pública de Gambia y adaptamos nuestro accionar para cumplir con el mayor rigor posible”.



—¿Y en el ámbito de la docencia médica, qué papel juega Cuba?
—”Es muy importante. Nuestros profesionales también laboran en la Universidad de Ciencias Médicas de Gambia. Hemos implementado alternativas para mantener una alta calidad docente: reforzamos la preparación metodológica, promovemos la superación idiomática, y contamos con comités académicos y consejos científicos que elevan el nivel de exigencia y calidad del trabajo formativo.
Contamos de manera implementada, con el proceso doctoral y está acreditado por la Universidad de Gambia”.
—¿Qué representa para usted dirigir esta misión médica?
—”Para mí es un honor. Esta brigada realiza una labor formidable. Nuestros médicos y profesores convierten su trabajo en algo hermoso. Sanar, enseñar y resistir… ese es nuestro día a día aquí. Y hacerlo en condiciones difíciles, lejos de casa, en medio del calor y la escasez, lo hace aún más valioso”.
—¿Cómo valora el impacto de esta cooperación en el contexto del bloqueo a Cuba?
“Esta misión es también una expresión de la dignidad del pueblo cubano frente al bloqueo. A pesar de las dificultades, seguimos demostrando que la salud no tiene fronteras. Es una manera de reafirmar que la solidaridad no se detiene, que aún en medio de las limitaciones se puede hacer mucho por otros”.


—¿Algún mensaje que desee compartir?
—”Sí. Agradezco profundamente el esfuerzo de cada uno de los colaboradores que integran esta brigada. Su entrega, su ética, su espíritu solidario son el verdadero corazón de esta misión. En Gambia, bajo un sol implacable, florece la solidaridad cubana”.
Fotos y texto: Mylenys Torres Labrada