Nuevas sonrisas en la Sala de Oncopediatría del Instituto de Oncología y Radiobiología
Gracias a un proyecto de colaboración entre la casa de altos estudios Alanus en Alemania y la Universidad de las Artes de Cuba, se hizo realidad el sueño de la Dra. Mariuska Forteza Sáez, Jefa del servicio de Oncopediatría del Instituto de Oncología y Radiobiología. Con el tesón, talento y entrega de profesionales de ambas naciones, ya la sala de esta especialidad ubicada en el capitalino hospital exhibe una nueva y renovada imagen.
Disfrutamos con gran satisfacción este ambiente acogedor que ahora muestra la sala, con mayor confort, comodidades y ambientes óptimos para hacer más llevaderos los tratamientos de quimioterapia allí.
Dra. Mariuska Forteza Sáez, Jefa del servicio de Oncopediatría del Instituto de Oncología y Radiobiología
Ante el dolor y las lágrimas, hoy se asoman sonrisas; contentos y agradecidos los médicos, enfermeras, pantrista, pacientes y familiares, se regocijan ahora por las condiciones de un servicio, tras un intenso proceso de rehabilitación, que apuesta por mayor calidad y calidez a pacientes de larga estadía.
Detalla el impacto de la remodelación capital y de mobiliario para el quehacer de los trabajadores, y en especial, para niños que se crecen ante padecimientos tan difíciles como el cáncer a su corta edad. En ellos y para ellos radica la grandeza de cada esfuerzo que el país realiza, como muestra de una conquista que es bastión y trinchera de la Patria.
«Somos Centro de Referencia Nacional y atendemos a niños desde 1 y hasta 19 años, en su mayoría con tumores sólidos y linfomas», relata la Dra. Mariuska, que se enorgullece de contar con un colectivo de primera a su lado, en su mayoría mujeres, para enfrentar, desde la sensibilidad y ternura, el desafío de salvar vidas.
Con un total de 20 camas, 4 de ellas de aislamiento, la Sala recibe a pacientes de todas las provincias con diagnósticos difíciles y complejos, que por extensos períodos de tiempo permanecen en la institución y marcan la ruta de una medicina revolucionaria, que distingue a la Isla por los cuidados, empeños y constantes desvelos de sus protagonistas, en contraste a crueles políticas y medidas de bloqueo estadounidense que pretenden arrebatar los sueños de muchos.
De allí que en pos de aportar a su satisfacción y a esa necesaria alegría del alma, como lo llama la Dra. María del Carmen Llantá Abreu, jefa del servicio de Psicología y Trabajo Social del Centro, se reciba con beneplácito el talento y amor de quienes integran el Proyecto Arteterapia.
Se trata de un espacio beneficiado de igual manera con acciones constructivas, que labora en función del aprendizaje y desarrollo del juego para alcanzar favorables resultados y una mejor calidad de vida en los pequeños internados, con la presencia de docentes y maestros, payasos y artistas. «La remodelación de la sala de Oncopediatría y con ella del local que ocupa el aula y el Proyecto Arteterapia, constituye sin dudas un gozo para nosotros» pondera a la prensa.
La también vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Psicología de la Salud, continua explicando que es un proyecto surgido aquí en el 2012 entre la mayor de las Antillas y Alemania, para proyectar las necesidades espirituales de pacientes y familiares, en función de los recursos del arte que permitan minimizar experiencias de tristeza y sufrimiento. Resalta que persigue impactar en la población infanto juvenil ingresada y ayudar a sus acompañantes mediante la inclusión, participación y socialización.
«Asimismo el Proyecto, con casi una década de creado, respalda la sensibilidad y comprensión del entorno a través del cuidado y esmero que desde la cultura regalan a pacientes con cáncer. No es más que la humanización de la medicina mediante el arte, en un ambiente hospitalario», asevera Llantá Abreu.
Fundado por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el Instituto de Oncología y Radiobiología, ha escrito por más de cincuenta años hermosas páginas de dedicación y amor a miles de pacientes a favor de la vida humana. «Son sueños constantes que construimos juntos desde la sala de Oncopediatría y gracias a la Revolución », a decir de la Dra. Mariuska Forteza Sáez.