¿Enfermedades diarreicas en Cuba?
Las enfermedades diarreicas agudas (EDA) constituyen un problema importante de salud pública en el mundo. Estas enfermedades son la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años y una de las principales causas de malnutrición. Sin embargo, en nuestro país no están dentro de las diez primeras causas de muerte, y los índices de mortalidad y letalidad que se registran, demuestran una baja incidencia en la población cubana.
El Ministerio de Salud Pública cuenta con un sistema de vigilancia integrado para las Enfermedades Diarreicas Aguda, para la observación sistemática del comportamiento de las atenciones médicas por diarreas, brotes de enfermedad transmitida por alimentos y los fallecidos, así como referencia de incidencias sanitarias. Este sistema de vigilancia permite realizar acciones oportunas para el control y prevención de las enfermedades diarreicas.
¿Qué son las diarreas?
Se define como diarrea la deposición, tres o más veces al día (o con una frecuencia mayor que la normal para la persona) de heces sueltas o líquidas. La deposición frecuente de heces formes (de consistencia sólida) no es diarrea, ni tampoco la deposición de heces de consistencia suelta y “pastosa” por bebés amamantados.
Las enfermedades diarreicas son infecciones del tracto digestivo ocasionadas por virus, bacterias o parásitos, cuyo principal síntoma es la diarrea. La infección se transmite por alimentos o agua de consumo contaminado, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente.
La diarrea suele durar varios días y de acuerdo a su frecuencia puede privar al organismo del agua y las sales necesarias para la supervivencia. La mayoría de las personas que fallecen por enfermedades diarreicas, en realidad mueren por una grave deshidratación y pérdida de líquidos.
Estas enfermedades son más frecuentes en verano debido al clima que favorece la diseminación de las bacterias que las provocan. Con las altas temperaturas, aumenta el riesgo de deshidratación.
¿Cómo se transmiten?
Los variados agentes infecciosos causantes de la diarrea se transmiten habitualmente por la vía fecal-oral, es decir, a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con materia fecal, o mediante la contaminación directa de las manos u objetos utilizados diariamente.
Existen diversos aspectos que pueden predisponer o facilitar la transmisión de las enfermedades que la provocan:
- La manipulación inadecuada y contaminación de los alimentos.
- Condiciones higiénico-sanitarias deficientes.
- Cambios estacionales.
- Uso de medicamentos.
- Intoxicación alimentaria.
- Agentes infecciosos.
Las enfermedades diarreicas pueden también transmitirse de persona a persona, en particular en condiciones de higiene personal deficiente. Los alimentos elaborados o almacenados en condiciones antihigiénicas son otra causa principal de diarrea.
¿Cuál es el tratamiento?
En nuestro país el paciente con alguna enfermedad diarreica pude acudir para recibir atención médica, a cuales quiera de los servicios médicos establecidos en el sistema nacional de salud más cercano de donde vive, consultorio médico de la familia, policlínico u hospital, estos últimos durante las 24 horas del día.
Algunas medidas clave para tratar las enfermedades diarreicas son:
- Solución de sales de rehidratación oral (SRO): en caso de no existir deshidratación o de que ésta sea moderada, o fluidos intravenosos en caso de deshidratación severa o estado de shock. Las SRO son una mezcla de agua segura, sal y azúcar, que se absorben en el intestino delgado y reponen rápidamente el agua y los electrolitos perdidos en las heces.
- Complementos de zinc: los complementos de zinc reducen un 25% la duración de los episodios de diarrea y se asocian con una reducción del 30% del volumen de las heces.
- Alimentos ricos en nutrientes: el círculo vicioso de la malnutrición y las enfermedades diarreicas puede romperse continuando la administración de alimentos nutritivos —incluida la alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida — durante los episodios de diarrea, y una vez que los niños están sanos.
Por eso, ante la presencia de diarrea es muy importante acudir al centro de salud, en especial si se trata de bebés o niños pequeños, embarazadas y personas con enfermedades crónicas.
¿Cómo prevenirlas?
- Consumir sólo agua segura. Si no se cuenta con agua de red, colocar 3 a 4 gotas de hipoclorito de sodio al 1% por litro de agua o hervirla durante 3 minutos, tanto sea agua para beber, lavarse las manos o los dientes, cocinar o lavar las verduras y frutas.
- Lavarse cuidadosamente las manos con agua y jabón, después de ir al baño, de cambiarle los pañales al bebé, y antes de comer o manejar los alimentos.
- Lavar frutas y verduras con agua segura. Si se van a consumir crudas, dejarlas en un recipiente en agua con un chorrito de lavandina durante 10 minutos y luego enjuagarlas muy bien con agua segura.
- Consumir únicamente alimentos bien cocidos o fritos, preparados higiénicamente. No consumir pescados o mariscos crudos, ni alimentos elaborados en la vía pública.
- Mantener los alimentos bien tapados y refrigerados, ya que los microorganismos pueden ser transportados por insectos o por el polvo, y se multiplican con rapidez, especialmente en épocas de calor.
- Alimentar al niño con leche materna durante los primeros 6 meses de vida. Entre las múltiples ventajas de la lecha materna está proporcionar defensas contra las infecciones gastrointestinales.
Las principales medidas para prevenir la diarrea en bebés y niños, son:
- Prolongar la lactancia materna.
- Mantener las manos limpias (tanto de los niños como de los adultos que los cuidan).
- Lavar las mamaderas.
- Utilizar baños o letrinas.
- Desechar los pañales descartables en bolsas bien cerradas.
- Desechar la materia fecal de los pañales de tela en baños o letrinas, y lavar bien los pañales con agua y jabón.
Ante la presencia de diarrea sugerimos consultar al Médico de la Familia lo antes posible, así como ingerir abundantes líquidos para prevenir la deshidratación.