Hagamos de la Ciencia y sus éxitos también banderas para la solidaridad
A pocas horas del ya histórico desfile del Primero de Mayo, concluyó en La Habana el Encuentro Internacional de Solidaridad con Cuba, en el que participaron más de mil delegados de 60 naciones. El apoyo de nuestros amigos es una fortaleza que siempre nos acompaña.
La jornada de clausura sesionó este lunes en el Palacio de Convenciones, en tres comisiones de trabajo. La segunda de ellas, “La crisis económica mundial, la COVID-19 y el derecho a la vida de los pueblos”, se convirtió en escenario para ratificar nuestra convicción de que la solidaridad es hoy —tal vez más que nunca antes— una urgencia para el mundo.
La experiencia de estos años de pandemia ha dejado claro cuán desiguales han sido las respuestas de las naciones a nivel global, condicionadas por un planeta cada vez más globalizado y neoliberal.
La COVID-19 ha afectado a todas las personas por igual, pero no todas las personas han tenido las mismas posibilidades de protegerse de ella.
En medio de enormes desafíos, entre los cuales el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos ha sido incomparable, Cuba ha dado una meritoria respuesta a la epidemia.
Esa respuesta ha sido posible gracias al trabajo integrado de todos los sectores, los organismos y las organizaciones de masas, así como a la participación activa del pueblo, en especial de nuestros jóvenes. Y en ese esfuerzo, no podemos dejar de destacar el papel desempeñado por la Ciencia, de la cual han nacido soluciones extraordinarias para respaldar el enfrentamiento al virus.
Tampoco podemos dejar de reconocer y agradecer el apoyo incondicional de amigos de diversas partes del mundo, que nos han hecho llegar importantes donaciones para suplir algunas de las carencias materiales que provoca en Cuba el bloqueo, recrudecido en los momentos más críticos de la pandemia.
El complejo y diverso escenario que ha vivido el mundo durante los últimos dos años ha demostrado, una vez más, lo primordial de fortalecer los sistemas de Salud de forma integral; potenciar la intersectorialidad; lograr una mayor cobertura y acceso a medicamentos esenciales, en especial a las vacunas; afrontar los factores sociales, como determinantes de la salud de los pueblos; y minimizar las enormes desigualdades sociales.
La pandemia ha puesto en evidencia, además, la imperiosa necesidad de priorizar los sistemas de Salud, potenciar la ciencia, lograr soberanía tecnológica y contar con recursos humanos preparados, competentes y consagrados, así como un sistema político que respalde tales propósitos.
La COVID-19 ha demostrado cuán urgente es promover principios de solidaridad en el mundo. Cientos de historias que estremecen se han escrito en más de 60 años por los profesionales de la Salud cubanos, hagamos de ellas regla y no excepción en el planeta, donde millones de personas padecen hoy enfermedades y limitaciones económicas que con el trabajo mancomunado de todos los estados y gobiernos podrían minimizarse o desaparecer.
Hagamos de la Ciencia y sus éxitos también banderas para la solidaridad, y pongamos esos resultados al servicio de todos los pueblos. Superar ese desafío tiene que ser un propósito constante para los sistemas de Salud en el mundo, en Cuba seguiremos trabajando, día a día, para lograrlo.