La vida de un niño es el más preciado tesoro en la medicina cubana
«Servir es nuestra gloria, si de pequeños aprendimos de los padres y abuelos a respetar a los médicos, con el paso de los años, con la vocación y la profesionalidad de nuestra gente, esa admiración se multiplicó y se arraigó. Por tanto, continuaremos cuidando y salvando, en beneficio del pueblo y en especial de nuestros niños, que no merecen ser utilizados por “campañas de terror” en su dolorosa lucha por la vida».