El doctor Ángel Píriz Momblant siempre ha sido un Héroe de la medicina revolucionaria

A sus 85 años y con 55 de labor ininterrumpida, el doctor Ángel Píriz Momblant continúa entregándose a sus pacientes con el mismo ímpetu y compromiso que lo han caracterizado a lo largo de su carrera. “Es un honor muy grande, que me ha emocionado mucho”.
Al dialogar con directivos del Ministerio de Salud Pública, encabezados por el titular del sector, doctor José Angel Portal Miranda, recordó orgulloso el acto de imposición de condecoraciones de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en saludo al Primero de Mayo en este 2025, con la presencia del Primer Secretario del Partido y Presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez, de quien recibió el Título Honorífico de Héroe del Trabajo.


Expresó con humildad y gratitud que, tal reconocimiento, “refuerza la responsabilidad que tengo con mis pacientes, con la sociedad, con la Revolución, con todo mi quehacer diario que es mi razón de ser”.
De las salas, consultas y pasillos del Hospital Dr. Agustinho Neto, en el oriente de la Isla, lugar que ha sido su casa durante décadas, Píriz Momblant habla con pasión, a la vez que reafirma su vocación inquebrantable: “El hospital para mí es como si fuera mi casa, mi hogar. A más de medio siglo de trabajo tengo un gran sentido de pertenencia, no solo con esta institución, sino también con Guantánamo”.
Siempre he trabajado allí, agrega a esta reportera, pudiéndome quedar en otra provincia o incluso venir para La Habana como parte de mi crecimiento profesional, decidí quedarme en Guantánamo porque creo que hacía falta y era útil.

Aseguró con la convicción de quien ha entregado su vida a la medicina revolucionaria, que es precisamente ese su mayor agrado: aportar a la salud de su pueblo y al cuidado de la vida, como el bien más preciado.
Tras la historia del doctor Píriz Momblant, de estatura pequeña, pero de una altura inmensa, se desdobla la grandeza de un hombre que, más allá de los títulos y reconocimientos, ha sabido convertir el compromiso social en una forma de vida. Ha resistido los desafíos del tiempo y la profesión, con la certeza de que, la medicina, no es solo una ciencia, sino un acto de entrega y humanismo.


A pesar de los años, sigue ejerciendo con la misma energía de siempre, un testimonio de que la verdadera vocación en Salud, nunca se jubila.
Con este reconocimiento, Cuba no solo celebra a un médico excepcional, sino que rinde homenaje a una trayectoria que ha marcado vidas y dejado huella en generaciones de pacientes y profesionales de la salud. Desde Guantánamo, el doctor Píriz Momblant sigue su andar, demostrando que la medicina, cuando se ejerce con pasión y convicción, es un legado que trasciende el tiempo.
Texto: Isabel Díaz González
Fotos: de la autora y del periódico Trabajadores