¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia es un trastorno neurológico provocado por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en alguna zona del cerebro. La persona afectada puede sufrir una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva. A esto se le llama “ataque epiléptico”.
Para considerar epiléptico a alguien, los ataques deben repetirse con cierta frecuencia (ataques recurrentes). La epilepsia tiene su origen en unos cambios breves y repentinos del funcionamiento del cerebro; por esta razón, se trata de una afección neurológica.
Las características de las crisis epilépticas son variables y dependen de la zona del cerebro en la que comienzan estas descargas, así como de su propagación. Pueden producirse síntomas transitorios, tales como: ausencias o pérdidas de conocimiento, movimientos involuntarios de los parpados, la cabeza u otra parte del cuerpo, de los sentidos (en particular la visión, la audición y el gusto), del humor o de la función mental.
¿Cuáles son las causas de epilepsia?
- Genética (hereditaria)
- Lesión cerebral (tumores)
- Malformaciones de la corteza cerebral
- Malformaciones de los vasos sanguíneos
- Infartos o hemorragias cerebrales
- Lesiones postraumáticas
- Trastornos metabólicos presentes al nacer
- Infecciones del sistema nervioso, como por ejemplo el absceso cerebral, la meningitis, encefalitis y VIH/SIDA.
Las convulsiones, contracciones musculares excesivas o anormales, no son sinónimo de epilepsia, pueden ocurrir por otras causas como la abstinencia al alcohol y a ciertos medicamentos (fenobarbital, clonazepam, diazepam, entre otros), además del uso desmedido de las drogas (cocaína, anfetaminas, entre otras).
Esta enfermedad puede ser descubierta a cualquier edad, aunque existen dos picos de edades donde aparece con mayor frecuencia, un primer pico entre los 5-20 años y otro en los mayores de 60 años. Se diagnostica a través de una entrevista médica, donde se realizan exámenes físicos y en caso de ser necesario, se le practica al paciente un electroencefalograma o estudios de imágenes cerebrales.
Todo paciente que presente esta condición médica debe conocer las características de su enfermedad, así como tener en cuenta las medidas generales que debe asumir para prevenir un estado de crisis, las cuales son:
- Acudir periódicamente a consulta con su médico.
- Tomarse sus medicamentos.
- Reconozca los desencadenantes de sus crisis (como las luces intermitentes o brillantes, la falta de sueño, el estrés).
- Lleve un registro de sus convulsiones.
- Duerma diariamente entre 7-8 horas nocturnas.
- Disminuya el estrés.
- No ingiera bebidas alcohólicas o drogas ilegales.
- Si es mujer y, está en edad reproductiva, consulte a su médico cómo usar el acido fólico, los métodos anticonceptivos más efectivos para usted y planifique junto a él los embarazos que desea tener.
¿Qué debemos hacer si observamos a una persona convulsionando?
1- No sujetar al paciente, sólo retirar los objetos con los que se pueda golpear y provocar daño.
2- Colocarlo de lado, siempre que sea posible. Usar un objeto suave debajo de su cabeza para evitar que se golpee.
3- No introducirle nada en la boca, ni intentar administrarle medicamento.
4- No dejarle solo hasta que recobre el conocimiento y se recupere.
5- Controlar el tiempo de duración de la crisis. Si es más de 5 minutos llamar a urgencias o llevar al paciente al sitio de salud más cercano.