Una Convención para respaldar el futuro
Múltiples experiencias y otros tantos desafíos nos dejaron las intensas jornadas de actividades vividas la pasada semana en La Habana, como parte de la Convención Internacional “Cuba-Salud 2022”. Fueron cinco fructíferos días de trabajo en los cuales cada espacio compartido ratificó cuánto más podemos avanzar en la protección de la vida si en ese empeño trabajamos todos juntos.
La asistencia en esta ocasión de 44 delegaciones de alto nivel —representando a ministerios y secretarías de Salud de todos los continentes, 15 de ellas presididas por ministros—, así como de representantes de 64 países de todo el mundo, de organismos de las naciones unidas, de organizaciones científicas internacionales y de diversas sociedades, constituye una muestra del respaldo y la utilidad concedida a las múltiples actividades que se llevaron a cabo en este prestigioso evento internacional, el más grande que realiza la Salud Pública cubana sistemáticamente.
¿Por qué hacer un evento de semejante magnitud en el actual contexto económico que vive la nación? Es esa una pregunta que muchos podrían hacerse en estos momentos. Son esencias que definen el hacer en Cuba: no potenciar el conocimiento de nuestros profesionales de la Salud sería hipotecar el futuro de la Ciencia y con ello, de muchas maneras, hipotecar también el de la Salud Pública cubana.
Sería imperdonable permitir que las limitaciones económicas que hoy subsisten condicionen el desarrollo del conocimiento de nuestros profesionales. Es urgente e imprescindible seguir incorporando líneas de desarrollo al país que nos permitan fortalecer y perfeccionar el Sistema Nacional de Salud.
Tras cuatro años de haberse realizado la anterior Convención Internacional Cuba-Salud, esta nueva edición se convirtió en un espacio de mucha utilidad para que nuestros profesionales compartieran experiencias, no solo entre ellos, sino también con los de otras naciones y en diferentes ramas del saber.
Muchas fueron las experiencias compartidas sobre el trabajo realizado en los años más recientes que, a pesar de considerarse entre los más retadores vividos por el sector de la Salud en la últimas décadas, no han impedido a nuestros profesionales investigar e innovar para seguir buscando respuestas a los problemas más acuciantes en la salud de la población cubana.
Las múltiples limitaciones económicas que impactan a nuestro sector —producto de la crisis mundial ocasionada por la epidemia de la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos—, y que se reflejan en el actual déficit de medicamentos, insumos médicos y otros recursos, no han impedido en ningún momento potenciar el desarrollo científico del Sistema Nacional de Salud: justamente de ese desarrollo depende también el futuro.
Estos días de intercambios y análisis de las realidades que distinguen el hacer de diferentes sistemas sanitarios en pos de la Salud ratificaron, además, cuánto se reconoce en el mundo la organización y el desempeño de nuestro Sistema de Salud, que continúa siendo referente para muchas de las naciones que aún no logran alcanzar una cobertura universal de salud para sus pueblos.
En esta importante cita científica, delegados y participantes ratificaron, igualmente, la valía del apoyo que han recibido en sus naciones por nuestros profesionales de la Salud: la solidaridad es y seguirá siendo un principio indisoluble a nuestro sector y a la Revolución cubana.
Unido a las actividades propias de la Convención se desarrollaron también la XV Feria Comercial “Salud para todos” y la I Feria de Turismo Médico y Bienestar, las cuales contaron con la presencia de varios proveedores internacionales y se convirtieron en espacios para renovar contratos que permiten proveer al Sistema Nacional de Salud de recursos que hoy están deficitarios.
En el contexto de ambos eventos, diversos proveedores tuvieron el gesto de donar al país los equipos que trajeron, los cuales serán puestos al servicio de diferentes instituciones de la Salud en el territorio nacional. Quiero reconocer, además, que muchas de las empresas participantes han mantenido intactas sus relaciones con Cuba a pesar de la difícil situación económica por la que atraviesa el país.
Agradezco, en nombre del Ministerio de Salud Pública, el acompañamiento que a este importante evento de la Salud dieron las delegaciones que en él participaron, así como nuestros científicos. Las conferencias, simposios, coloquios y otras múltiples actividades que llevamos a cabo, forman parte del respaldo que desde todos los ámbitos de la sociedad concede nuestro país a la ciencia.
Nuestro agradecimiento también a los organismos, empresas y entidades que aseguraron la organización de esta Convención, así como a la máxima dirección del país por el apoyo concedido a este importante evento.
Las experiencias compartidas por delegados e invitados, además de los aportes que representan para el Sistema Nacional de Salud, ratifican que, aun cuando muchos gobiernos y organismos nacionales e internacionales han puesto a la Salud en su epicentro de atención, todavía no se logran las respuestas que requieren los disímiles desafíos sanitarios que acechan al planeta. Son respuestas impostergables que no podremos encontrar de manera aislada, sino que demandan del esfuerzo conjunto de todos.
Muchas son las batallas que deben ser libradas aún en pos de la salud, así como múltiples las estrategias a asumir y las acciones por compartir, si queremos llegar al año 2030 con los indicadores sanitarios que la humanidad necesita.
Hagamos todo lo posible por mejorar la salud de las personas y del planeta. Lograr la unión de todos los países en pos de la salud de los pueblos nos permitirá disponer de los recursos y conocimientos para lograrlo. Aprovechemos esas fortalezas y no permitamos que la ambición de unos pocos siga poniendo en riesgo la vida de todos.