La solidaridad, el humanismo y la ética: principios de la medicina cubana, y de nuestra medicina militar
La Universidad de Ciencias Médicas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) ha sido siempre un pilar fundamental para el Sistema Nacional de Salud Pública cubano. Sus profesionales jamás, ni ante situaciones adversas, ni en el día a día, nos han defraudado.
Hoy tuve el privilegio de participar en el acto por el 40 aniversario de la fundación del Instituto Superior de Medicina Militar, creado el 7 de octubre de 1981.
No faltó la carta de felicitación del General de Ejército Raúl Castro Ruz a los miles de profesionales egresados de sus aulas y a los docentes que les formaron en el noble ejercicio de la medicina revolucionaria.
Esta entrañable universidad, de la cual han salido miles de médicos, estomatólogos, enfermeros y tecnólogos, que ha sido esencial en el desarrollo de nuestros hospitales militares, arriba a sus cuatro décadas en medio del desafío de salvar vidas ante la pandemia de la COVID-19.
Justamente los profesionales y técnicos de la salud, que laboran en los hospitales militares y puestos médicos territoriales de las FAR, han sido medulares en estos dos años en el enfrentamiento al virus.
Sus aportes en el control de la pandemia en otras latitudes como parte de las brigadas Henry Reeve fue decisivo. Ya lo habían sido contra el virus del Ébola en el África occidental y ante otras situaciones de desastres en naciones diversas, donde no faltaron sus manos solidarias
Es infinito el agradecimiento a los jóvenes, oficiales y profesores, cientos de mujeres y hombres que desde las zonas rojas y centros de aislamiento han peleado contra esta enfermedad y preservado la vida de miles de personas.
Conmovedoras historias se han escrito desde allí; otras merecen ser contadas porque están hechas desde la solidaridad, el humanismo y la ética: principios de la medicina cubana, y por supuesto de nuestra medicina militar.
Tomado de la página en Facebook del ministro de Salud Pública Dr. José Angel Portal Miranda.