Día Mundial del Paciente Trasplantado: una segunda oportunidad a la vida
Recibir un trasplante es, en muchas ocasiones, una segunda oportunidad para personas con enfermedades crónicas o terminales, al permitirles prolongar su vida hasta 20 años más, de ahí que para promover la donación de órganos y tejidos la Organización Mundial de la Salud estableció el 6 de junio como el Día Mundial del Paciente Trasplantado.
En Cuba, a pesar de la pandemia de la COVID-19, el Programa Nacional de Trasplantes del Ministerio de Salud Pública no se detuvo durante el 2020 y, aunque las cifras disminuyeron con respecto a años precedentes, se lograron en el país 154 trasplantes, de ellos 64 fueron renales, dos hepáticos, 13 de células hematopoyéticas y 75 de cornea.
El doctor Antonio Enamorado Casanova, coordinador nacional del Programa, dijo que en el 2021 se trabaja para que esta práctica médica tampoco se detenga debido las limitaciones de recursos provocadas por el bloqueo estadounidense y el impacto de la crisis sanitaria.
Los pacientes en espera de recibir un órgano o tejido continúan el seguimiento en los centros hospitalarios de todas las provincias del país, mantienen sus estudios para determinar el grado de aptitud y reciben tratamientos enfocados en las enfermedades de base, afirmó.
El también especialista en nefrología, con más de 30 años de experiencia en la actividad de trasplantes, señaló que lo más difícil es lograr que las personas entiendan la importancia de la donación y lo que representa en la vida de otros.
La decisión constituye una responsabilidad de la familia cuando se trata de algún fallecido, sin importar la información recogida en el carné de identidad, pues alguien puede cambiar de criterio en distintos momentos, insistió el médico.
A partir del consentimiento firmado por los familiares, el pasado año se lograron 51 donaciones de órganos de cadáveres y seis de donantes vivos.
Enamorado Casanova explicó que aquellas personas que reciben un trasplante son las que tienen enfermedades en alguno de sus órganos y estos llegan a una etapa final de su funcionamiento, que en el caso del riñón son sustituidos por la hemodiálisis.
Los pacientes luego de ser estudiados en los hospitales provinciales, son enviados a los centros de referencia a nivel regional y de ahí se remiten a la Organización Nacional de Trasplante (ONT), con las pruebas inmunológicas y clínicas requeridas.
Cuando alguien fallece por muerte encefálica y la familia está de acuerdo en donar los órganos se realiza un examen de compatibilidad inmunológica, el cual se coteja con los pacientes de la lista de trasplantes de la ONT y se determinan los más compatibles sin importar el lugar de procedencia, porque el sistema de salud garantiza la transportación desde cualquier punto de la geografía cubana.
A partir de ese momento, la persona más idónea es localizada, el órgano se envía al centro de referencia y se realiza el trasplante. Se trata de un proceso complejo que requiere de períodos muy cortos de tiempo, ya sea de día o madrugada, y que ocurre en tiempos normales alrededor de 200 veces al año, puntualizó el profesor titular.
El 24 febrero de 1970 se efectúo el primer trasplante renal exitoso en Cuba que dio inicio a la era de la trasplantología en la mayor de las Antillas, y actualmente suman más de seis mil las personas que han recibido ese costoso proceder de manera gratuita.