La enfermería es sinónimo de orgullo y amor, al igual que la maternidad

La enfermería es sinónimo de orgullo, de regocijo y amor, al igual que la maternidad, afirma Mariela Guzmán Vázquez, jefa del Departamento de Enfermería del Complejo Científico Ortopédico Internacional Frank País en La Habana.
Después de 30 años de experiencia laboral, considera la profesión como parte indispensable de su vida; en un diálogo lleno de pasión y autenticidad que marca el inicio de la inspiradora historia de esta fémina de la salud, cuya vida es un tributo al cuidado, la ciencia y la sensibilidad de su especialidad dentro de la medicina revolucionaria.
En la jornada por el Día Internacional de la Enfermería y a propósito del Día de las Madres, su trayectoria simboliza el compromiso de las profesionales sanitarios, que transforman cada jornada de labor en un acto de servicio y humanidad hacia su pueblo.


Desde sus inicios, Mariela descubrió que la enfermería no era simplemente una carrera, sino la esencia de su ser. A pesar de que no fue su primera opción al comenzar sus estudios, la nobleza del cuidado y la sensibilidad ante el dolor ajeno se convirtieron en sus maestros.
“Cuando la empiezas a estudiar te enamoras de su invaluable valor encaminada tanto al cuidado como la vocación de nobleza como dijo nuestro apóstol José Martí – resaltó- donde aprendes a ser mejor persona, te fortalece valores y te crea sentimientos hermosos para la vida”.
Asimismo, pondera que la Enfermería es una disciplina muy compleja, rigurosa, que se fundamenta en saberes y conocimientos en constante evolución.
Con el tiempo, continúa explicando que llegó a comprender que, lejos de ser un quehacer imprescindible del sistema de salud, la enfermería es un ejercicio del intelecto y la empatía, un verdadero arte en evolución constante.
En su faceta de madre, Mariela aprendió también a equilibrar la inmediatez del cuidado profesional con la ternura y la responsabilidad de criar a su hijo, una experiencia que fortaleció su capacidad para entender y ayudar a los demás.
Recuerda ahora aquellos días al graduarse, a los 24 años, cuando la maternidad añadió una nueva dimensión a su vida: “Ser mamá agregaba una responsabilidad añadida y más siendo recién graduada”.

En sus palabras se evidencia cómo esta dualidad la impulsó a ser resiliente, paciente y compasiva, valores que se reflejaron tanto en su hogar como en cada logro profesional.
Emocionada agradece profundamente el apoyo incondicional de su familia, ese cimiento sólido sin el cual muchos de sus triunfos no hubieran sido posibles. Hoy, reconoce que el trabajo en equipo, el acompañamiento y la celebración de cada avance, en su espacio más íntimo, son esenciales para enfrentar los retos diarios y construir un sistema de salud más humano y justo en beneficio del pueblo.
Con una carrera que se ha forjado entre desafíos y éxitos, Mariela ha alcanzado posiciones de liderazgo, destacándose en la actualidad como jefa del Departamento de Enfermería del Complejo Científico Ortopédico Internacional Frank País.

Durante crisis como la batalla contra la COVID-19—cuando el hospital transformó su misión para convertirse en un centro anti-epidémico—su guía y saber fueron cruciales. Fue allí, en esa triste etapa, cuando se reafirmó su convicción de que el conocimiento y la disciplina son la base de una práctica segura y efectiva.
En sus más de 3 décadas de entrega y consagración, esta mamá cubana ha inspirado a innumerables colegas, que como ella, unen la maternidad con su vocación y defienden a la enfermería como mucho más que una profesión, como un estilo de vida y un llamado al servicio y la solidaridad de la medicina revolucionaria.
Autora: Isabel Díaz González