Los niños son los nuevos héroes de Soberana

El 14 de junio hubiera sido un día normal y corriente en la vida de Gabriel García a no ser porque se convertiría en el primer niño cubano inoculado con un candidato vacunal producido y desarrollado en el país.

Este pequeño de apenas 12 años de edad salió ese día bien temprano en la mañana desde su casa junto a sus padres hacia el Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez de La Habana. Allí esperó a que un grupo de doctores y enfermeras lo evaluaran y luego le inyectaran la primera dosis del fármaco, después de cumplir con una serie de exámenes y requisitos médicos.

Les digo a todos los niños de Cuba que no tengan miedo, la vacuna no duele, y así nos cuidamos todos contra el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2)”, expresó justo al salir. También comentó que ser el primer niño cubano en inmunizarse contra la COVID-19 representa una manera de ayudar a que sus compañeros y demás menores como él también puedan protegerse.

Moraima, madre de la adolescente Yasmín Pérez, de 15 años, lo tiene bien claro: “Esta etapa resulta imprescindible para ayudar a los investigadores a demostrar que la vacuna también es segura para los niños, además de que me siento más confiada de que mi hija esté protegida”, afirmó.

Fue así que el exitoso inicio del estudio con los 25 niños de edades comprendidas entre 12 y 18 años que participaron de manera voluntaria en la primera fase de la investigación, permitió que dos semanas más tarde Soberana-Pediatría se extendiera hacia los más pequeños de tres a 11 años.

El pasado lunes 28 de junio Jeydel Abull Jauregui esperó impaciente mientras su hijo Fabio Abull, de seis años, entraba en el punto de vacunación del Hospital Juan Manuel Márquez junto a su madre, donde debía permanecer durante una hora en observación posterior al proceso de inoculación con el fármaco. A los pocos minutos, una foto enviada por su esposa a través de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp le confirmó que su pequeño estaba en buenas manos y ya pronto saldría para la casa.

Todo es por el bien de los niños y saber que mi hijo forma parte de este estudio que podrá ayudar a tantos otros para prevenir la enfermedad del SARS-CoV-2 es una satisfacción muy grande”, comentó emocionado.

Mientras esto sucedía, los juegos de la pequeña Liz Alejandra con el payaso Guillermo López, de la compañía infantil La Colmenita, tranquilizaba su nerviosismo y el de su madre Laura María, quien en su condición de convaleciente a la COVID-19, conocía de primera mano las amargas experiencias que vive un paciente cuando resulta enfermo con este virus.

La participación de su hija en estos estudios le ofrece mayor seguridad, a la vez que confía que los resultados de los candidatos vacunales cubanos permitirán el futuro regreso a la nueva normalidad.

Son estos pequeños, con el apoyo de sus familias, los nuevos héroes de los estudios clínicos Soberana-Pediatría, que involucra a 350 niños y adolescentes, 50 en la Fase I y 300 en la Fase II, investigaciones esenciales para evaluar la seguridad, la reactogenicidad y la inmunogenicidad en los infantes del esquema de dos dosis de Soberana 02 y una dosis de Soberana Plus.

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Perfil del autor
Lic. Yandry Fernández Perdomo
Periodista de Agencia Cubana de Noticias

Periodista de la Agencia Cubana de Noticias. Licenciado en Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2020). Colaborador del sitio web del MINSAP.

Lic. Yandry Fernández Perdomo

Periodista de la Agencia Cubana de Noticias. Licenciado en Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2020). Colaborador del sitio web del MINSAP.

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