Buenas prácticas de enfermería: garantía para una correcta vacunación
Cada año entre dos y tres millones de vidas en el mundo se salvan gracias a las vacunas, así refiere la Organización Mundial de la Salud; sin embargo, para garantizar la efectividad de estos fármacos es preciso mantener, durante su aplicación, las buenas prácticas en los procederes de enfermería.
A propósito de la Fase III de los ensayos clínicos de los candidatos vacunales anti-COVID-19 Soberana 02 y Abdala y sus respectivos estudios de intervención, miles de dosis se administran en el país bajo el estricto cumplimiento de los procesos y con la certificación de los sitios y el personal de enfermería, teniendo en cuenta su experiencia profesional.
Los investigadores promotores del Instituto Finlay de Vacunas y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, de conjunto con los departamentos de Epidemiología y Enfermería del MINSAP, fueron los encargados de la certificación, tanto de los vacunatorios de los policlínicos, como de las áreas de salud y los locales que se habilitaron para este fin.
Entre las características que deben cumplir estas instalaciones están: lugar ventilado e iluminado, con lavamanos, silla, buró para la enfermera, mesa auxiliar donde se coloca el termo con los fármacos y el material estéril; además de poseer un local para la vigilancia post-vacunal al paciente durante una hora.
Para realizar la vacunación se establece un flujograma, es decir, el voluntario llega, se dirige a la consulta donde se le realiza examen médico, medición de los signos vitales, encuesta para determinar si cumple con los criterios de inclusión y firma el consentimiento informado.
A continuación, se dirige al vacunatorio donde se le administra el candidato vacunal y luego al local de vigilancia. Cada procedimiento está diseñado para que no se entrecrucen evitar demoras y aglomeraciones.
Los directivos del Departamento de Enfermería del MINSAP recomiendan que para lograr una correcta vacunación se necesita cumplir con la técnica de la administración de la vacuna por vía intramuscular.
Debe realizarse un lavado de mano médico (con agua, jabón y solución antiséptica) en diferentes momentos: antes de preparar el material, después de seleccionado el sitio de la inyección y luego de administrar la vacuna, por lo que no es necesario utilizar guantes.
El personal de enfermería debe tener la precaución de leer el rótulo como mínimo tres veces, cerciorarse que corresponda con la vacuna indicada y que el sitio de aplicación no esté inflamado, tenga alguna lesión, herida o tatuaje que no permita identificar un evento adverso.
También, tienen que cumplir con los principios de asepsia y antisepsia para evitar la penetración de gérmenes al organismo y provocar una infección, mantener los bulbos en la temperatura que establece su fabricante y solo manipularlos cuando se va a vacunar.
Además de cumplir con las buenas prácticas para garantizar la calidad de la vacunación, el personal de enfermería debe ser comunicativo con los voluntarios, pues muchos llegan preocupados, y explicarles que algunas de las reacciones adversas pudieran ser fiebre, malestar muscular o dolor en el lugar de la inyección, así como otros eventos adversos que son inherentes a cualquier vacuna.