Colaboración médica, historias de solidaridad

A lo largo de la historia la colaboración médica cubana ha estado presente en 164 países. Más de 400 mil profesionales de la Salud han sido consecuentes con ese principio que inculcó la Revolución: prestar el servicio allí donde lo necesiten.

El 17 de octubre del año 1962, Fidel anuncia al pueblo, en el acto de inauguración del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón, la decisión del gobierno de brindar ayuda en el campo de la salud y expresa que se enviarían 50 médicos a Argelia. En su discurso le dijo a los estudiantes de medicina:

(…) estoy seguro de que no faltarán voluntarios (…) Hoy podemos enviar solo 50, pero dentro de 8 o 10 años, quién sabe cuántos, y estaremos ayudando a nuestros hermanos (…) porque la Revolución tiene el derecho de recoger los frutos que ha sembrado. (…).

La colaboración internacional de la Salud Cubana. Datos suministrados por el MINSAP. Diseño: Edilberto Carmona/Cubadebate

Historias contadas por sus protagonistas

Los médicos cubanos han sido consecuentes con ese principio que inculcó la Revolución: prestar el servicio allí donde lo necesiten. Foto: Archivo.

Yuniesky Segura González, 15 de septiembre de 2019


En el día de hoy ayudamos a traer al mundo otro bebé argelino en nuestro policlínico de Moudjbara. Esta es nuestra razón de estar aquí, ayudar a mejorar en todo lo posible la salud de este hermano y querido pueblo. No hacemos política, hacemos y brindamos salud, hermandad, solidaridad, valores humanos. Día a día desde nuestro puesto de trabajo realizamos acciones de Promoción de Salud, Prevención y Cura de Enfermedades. Esos son nuestros verdaderos objetivos. Solidaridad y Cooperación.

Salvadores que curan y dan amor

Delsa Cecilia  Rios Alonso, 19 septiembre, 2019

Camagüeyana, hija de una obrera y un simple trabajador, así me hice médico. En el año 2016 fui llamada a brindar servicios médicos en Brasil, una tierra lejana, pero con un pueblo necesitado de lo que sabemos hacer los médicos cubanos: brindar salud y amor. Trabajé en un municipio pequeño de agricultores, gente pobre que nos miraban con ojos sin brillo hasta que extendíamos nuestra mano por encima de su hombro, y así se esclarecían  muchas respuestas a tantas dudas.
Una mañana cualquiera apareció en mi mesa de trabajo un grupo de historias clínicas de 12 niños, todos acompañados de una misma persona. Pregunté a mi enfermera y me explicó que eran niños sin “amparo”, niños que sus familias los ponían a vender droga o prostituirse en las calles. Uno de ellos me pidió entre lágrimas renovar más de 10 medicamentos para su salud mental. Después hubo risas, los abracé uno por uno y guardé en mi corazón su recuerdo para siempre. Fue un día difícil, como algunos otros, que los recuerdo hasta hoy. Creo que nunca podré olvidarlo.

Hermosa manera de ayudar a los más necesitados

Kirenia Zúñiga Borges, 2 agosto de 2019

Tengo 37 años de edad, y vivo en la provincia Holguín, municipio Mayarí. Soy médico y especialista en Medicina General Integral. He salido de misión internacionalista dos veces: en el periodo del 2008-2012 en el hermano país de Venezuela,  y del 2013-2016 en Brasil.
En el 2010 Venezuela  atravesó por muchas lluvias. Uno de esos estados inundados fue la Zona la Guajira. Allí di atención médica a niños y adultos mayores que se encontraban evacuados, en su mayoría  damnificados por la catástrofe. Fue una labor agotadora, pero gratificante de la que me siento orgullosa, por haber atendido a personas que tanto lo necesitaban.
Recuerdo con especial  cariño mi estancia en Venezuela, allí trabajé en el Estado Zulia, municipio Maracaibo, en un CDI llamado El Pinar, Parroquia Manuel Dagnino. Considero haber  brindando una buena atención médica, realizando visitas de terreno, es decir a las casas. De esta manera fui identificándose con los problemas de salud y trabajando en los problemas de higiene ambiental de la comunidad.
En Brasil trabajé en el estado de Amazonas, municipio Itacoatiara, en una zona rural que se llama Lindoia. Allí me gané el cariño de mis pacientes con mi trabajo diario. Visitaba a mis pacientes, sobre todo a los que no podían asistir al puesto médico por encontrarse en zonas muy intrincadas.
De mi trabajo en ambas misiones me siento orgullosa, porque cumplí con mi deber como médico  y cubana, es una hermosa manera de ayudar a los más necesitados.

Tomado de: Cubadebate.

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