Dr. José Angel Portal Miranda: “sentir como propias las injusticias cometidas contra cualquier ser humano, en cualquier parte del mundo”
La Habana 2 de noviembre de 2019.
“Año 61 de la Revolución”
Estimados miembros de la Presidencia.
Amigas y amigos de todo el mundo,
Deseo iniciar mis palabras, agradeciendo a los participantes y amigos presentes, por los aportes, el plan de acción y la Declaración Final que se ha propuesto, como resultado del debate en las Mesas de Trabajo Regionales, para hacer frente al imperialismo, al neoliberalismo y lograr una mayor articulación de nuestras luchas, y en especial, del Movimiento de Solidaridad con Cuba.
Todos coincidimos en que la “solidaridad” constituye premisa esencial en el actual escenario internacional, donde la amenaza a la paz mundial, las guerras, la escasez de alimentos y agua, el agotamiento de las fuentes de energía, las desigualdades en Salud y el cambio climático, hacen de este planeta un lugar inseguro que condiciona la perpetuidad de la especie humana.
“(…) Si Patria es humanidad, como sentenció Martí, somos ciudadanos del mundo y hermanos de todos los pueblos del planeta (…)” expresaría nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro en el año 2002.
Los sentimientos solidarios de Cuba, tienen sus cimientos en el inicio de las gestas libertarias, en Carlos Manuel de Céspedes, prócer de la Patria, y en el Manifiesto del 10 de octubre de 1869, en el que se recogía que al alcanzar la independencia del gobierno español, Cuba sería “(…) una nación grande y civilizada que daría un brazo amigo y un corazón fraterno a los pueblos (…)”
En cada cubano, el sentimiento solidario y el compromiso ineludible de estar donde más se necesite, y más aún, de no abandonar a un desposeído, un enfermo o un analfabeto, es fruto de la obra de la Revolución y del pensamiento de nuestro líder histórico Fidel Castro Ruz, quien tuvo siempre la absoluta convicción de que un mundo mejor es posible.
Múltiples experiencias de solidaridad han sido expresadas durante estas jornadas de trabajo. Si me permiten, comparto con ustedes algunos ejemplos de lo que en el campo de la salud, Cuba ha representado para otros pueblos.
En el año 1960 se realizaba la primera ayuda médica internacional con una brigada emergente a Chile, luego de un fuerte terremoto que causó grandes daños, pérdidas materiales y humanas en ese hermano país. Más tarde, en 1963, en la República de Argelia, una brigada médica compuesta por 56 trabajadores de la salud, brindaba servicios a esa nación hermana, como respuesta a un acuerdo intergubernamental. Nacía así la historia de la Colaboración Médica cubana.
Sucesivamente se extendió a países de África, América, Medio Oriente y Asia, iniciándose también la formación de recursos humanos en el exterior y en Cuba, como muestra de los principios internacionalistas y de solidaridad, que sin vacilación nuestro país ha brindado, sin distinción de raza, sexo, creencias religiosas, afiliación política o social.
Fueron creadas modalidades de colaboración como el Programa Integral de Salud, tras el paso de los huracanes George y Mitch que azotaron países centroamericanos, el terremoto y la epidemia del Cólera en Haití, así como la creación de la Escuela Latinoamericana de Medicina, una de las ideas más humanas y solidarias de nuestra Revolución, en la que se forman como médicos, los jóvenes de los lugares más pobres de todos los continentes.
Otros ejemplos de solidaridad fueron: el surgimiento en el año 2003 del Programa “Barrio Adentro” en la República Bolivariana de Venezuela, con la participación de más de 147 mil colaboradores, y la “Operación Milagro” en el año 2004, la que ha devuelto o mejorado la visión a más de tres millones de pacientes de 35 países de América Latina, el Caribe y África. Todos demuestran la voluntad y el compromiso de Cuba con la salud de los pueblos hermanos.
Sin dudas, un momento distintivo en la larga y fecunda historia de la solidaridad y el internacionalismo médico cubano, lo constituyó la creación por nuestro Comandante en Jefe, el 19 de septiembre de 2005, del Contingente Internacional de médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve”, que ha cumplido riesgosas misiones de ayuda sanitaria y humanitaria con 28 Brigadas en 21 países.
De esas misiones destaca la participación de Cuba en el combate a la epidemia de Ébola en Sierra Leona, Guinea Conakry y Liberia, con la presencia de 256 profesionales de la Salud que partieron a luchar contra la muerte; en ese momento más de 17 mil manifestaron su disposición a marchar al África Occidental.
Resulta significativo el impacto social producido por otros programas dirigidos a personas pobres y de escasos recursos en el mundo, como el Programa de atención a personas víctimas del desastre nuclear de Chernóbil, con más de 26 mil pacientes tratados, en su mayoría niños; el Estudio Genético y Psicosocial que evaluó a más de un millón 200 mil personas con discapacidades, en seis países miembros del Alba, y más recientemente, el Programa “Más Médicos” para Brasil, ejemplo de colaboración “Sur-Sur” que permitió durante cinco años, brindar atención médica de calidad en regiones desprovistas de estos servicios.
A casi seis décadas de iniciada la cooperación, hemos estado presente en 164 países con más de 400 mil profesionales, los que han realizado más de mil 900 millones de consultas, 13 millones 777 mil intervenciones quirúrgicas, y en nuestras universidades hemos graduado 35 mil 787 profesionales de 141 países, lo que ha generado un amplio reconocimiento internacional de gobiernos, organizaciones y organismos internacionales, pero sobre todo, de las poblaciones a las que hemos brindado ayuda.
Paralelo al desarrollo de la colaboración en el campo de la salud, desde la década del 60, se ofrecieron otras ayudas solidarias en las esferas de la educación, la construcción, la agricultura, el deporte, entre otros, que contribuyeron al empeño de los países por elevar sus capacidades en pos del desarrollo.
El Bloqueo económico, comercial y financiero que por casi 60 años nos han impuesto los diferentes gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica, tiene un impacto económico en el sistema de salud que supera los dos mil 500 millones de dólares. Una política hostil que entorpece la adquisición de tecnologías, materias primas, reactivos, medios de diagnóstico, equipos y piezas de repuesto, así como medicamentos para el tratamiento de enfermedades graves, como el cáncer.
A pesar de ello, Cuba exhibe indicadores de salud al nivel de los países más desarrollados del mundo. Se ha logrado mantener por más de 10 años consecutivos una tasa de mortalidad infantil por debajo de 5 x cada 1000 nacidos vivos, el 99% de los partos son institucionales, se han eliminado 14 enfermedades infecciosas, seis de ellas por Programas de inmunización con la aplicación de 11 vacunas, de las cuales 8 son de producción nacional. Se eliminó la transmisión vertical madre – hijo del VIH/Sida y sífilis, siendo Cuba el primer país en alcanzar este importante resultado. Nuestro país mantiene una expectativa de vida de 78,45 años.
Es por eso que son inaceptables los actuales ataques del Gobierno de los Estados Unidos a la Cooperación Médica Cubana, que denigran el trabajo altruista que por casi seis décadas han protagonizado cientos de miles de hombres y mujeres “ (…) héroes y heroínas de la dignidad que honran el legado de Fidel“, como los calificara el Presidente de la República de Cuba Miguel Díaz-Canel Bermúdez en el acto central por la culminación de la participación de la Brigada Médica Cubana en el Programa Más Médicos para Brasil.
Siempre hemos estado allí, donde más se nos ha necesitados, en lugares de difícil acceso y de extrema pobreza. En varios de esos parajes del mundo, el médico cubano ha sido el primer contacto de poblaciones y comunidades con un profesional de la salud, han brindado y brindan atención y seguridad a los más pobres y desposeídos.
Es un camino en el que no nos detendremos, es el andar de “Cuba por la Salud”, ese que no hay, ni habrá dinero en el mundo que pague la entrega de los médicos cubanos, porque nuestros cooperantes curan enfermedades del cuerpo y el alma, salvan vidas. Ahí está la utilidad de la virtud que nos legara el Apóstol Nacional José Martí.
Por eso, donde quiera que haya un cooperante de la salud, ahí está Cuba, esta Isla insumisa y rebelde que conoce de amor y no de odio, y que continuará apostando por la Vida.
Estimados delegados e invitados,
Mientras el Gobierno de los Estados Unidos se aferra en destruir los gobiernos y movimientos progresistas del mundo, imponiendo sus garras en la región, recrudeciendo el bloqueo y desacreditando la Cooperación Médica cubana; la respuesta de nuestros profesionales es que “Ni la ley Helms Burton, ni su título tercero, ni el incremento del inhumano bloqueo, impedirán que llegue nuestra ayuda solidaria a todos los que la necesiten”.
No encuentro entonces una mejor forma para concluir mis palabras, en este transcendental encuentro, que rememorar al Comandante en Jefe Fidel Castro, quien en fecha tan temprana como junio de 1961, vaticinó el valor que tendría la solidaridad entre nuestros países y cito:
…. La Revolución Cubana aporta su modesto esfuerzo a esa aspiración de la humanidad, los cubanos queremos poner nuestro granito de arena por esa vida mejor para el género humano; los cubanos ofrecemos lo poco que podemos ofrecer, pero con lo cual al menos pagamos la ancha generosidad y la extraordinaria solidaridad que nos han demostrado los pueblos del mundo, porque nuestro pequeño país amenazado y agredido, ha recibido el aliento de la solidaridad de los obreros y de los estudiantes de todo el mundo y en los momentos de peligro, hemos recibido el cálido aliento de las voces y de los brazos que se han alzado para protestar contra la agresión y para expresar su solidaridad con Cuba.
Más adelante expresaba…
“El mundo ha sido solidario con Cuba y por eso Cuba se siente cada día más y más solidaria con todos los pueblos del mundo. Cuba ha tenido la ocasión de experimentar lo que es la solidaridad de los pueblos, esa palabra está llena de sentido para los cubanos y por eso nosotros que sabemos lo que es la solidaridad mundial, nos sentimos obligados con todos los pueblos que necesitan de nuestra solidaridad y Cuba le debe a esa solidaridad en gran parte, haber podido resistir los ataques del imperialismo y Cuba sabe que con esa solidaridad continuará luchando y continuará resistiendo”.
Con la convicción profunda de que por mucho que nos quieran arrebatar las ideas, las ansias de lucha, los sueños y la esperanza en el mundo mejor que soñamos y que debemos construir entre todos y para todos, los convoco a estrechar nuestras manos y que siga siendo la unidad la herramienta imprescindible para hacer frente al imperialismo, al neoliberalismo y a todas sus manifestaciones.
Esperamos que desde este escenario, en la Cuba rebelde y heroica que es y será siempre la casa de todos, se abran cada día las puertas de las avenidas, para que siga siendo la solidaridad, la paz y la hermandad entre los pueblos, nuestra principal arma de lucha.
Aquí los esperaremos y podrán contar siempre con cada uno de los hijos e hijas de esta tierra, donde quiera que estemos, pues hace mucho aprendimos a sentir como propias las injusticias cometidas contra cualquier ser humano en cualquier parte del mundo.
¡Que vivan los pueblos que luchan!
¡Viva la solidaridad!
¡Hasta la Victoria Siempre!
Muchas Gracias.