Glaucoma: un adecuado tratamiento puede detener su progresión
A nivel mundial ha aumentado la prevalencia de las patologías relacionadas con el envejecimiento. Tal es el caso del glaucoma primario de ángulo abierto, una forma de neuropatía óptica lentamente progresiva y de origen multifactorial, donde la presión intraocular (PIO) se considera el principal factor de riesgo. Cursa con un patrón característico de daño del disco óptico y la capa de fibras neurorretiniana (CFNR) y, consecuentemente, del campo visual.
Según estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud y nuestro país, se considera la segunda causa de ceguera en Cuba y en el mundo, luego de la catarata, responsable de entre el 6.6% y el 8% de la ceguera. Se estima que el número de personas con glaucoma en el mundo va a aumentar a 111.8 millones en 2040.
El glaucoma es una enfermedad asintomática, por lo que existen muchos pacientes sin diagnosticar. Hay factores de riesgo asociados al glaucoma que no son prevenibles. El más destacable en este contexto es la edad, especialmente a partir de los 60 años, aunque tras cumplir los 40 el riesgo ya es significativo. Los antecedentes familiares en ascendencia directa (padres) también implican un mayor riesgo, así como la raza, pues las personas de etnia africana tienen una mayor propensión a desarrollar esta patología ocular. También las personas miopes tienen incrementado el riesgo, al igual que aquellas que siguen tratamientos de larga duración con corticoesteroides.
En tales casos no cabe la prevención, pero sí el diagnóstico precoz. Y esto es importante, pues aunque el glaucoma es un problema ocular que no se puede curar y la pérdida de agudeza visual que origina es irreversible, sí se puede detener su progresión mediante el adecuado tratamiento.
Para ello, es fundamental que todas las personas se sometan a una revisión rutinaria que incluya la medición de la presión intraocular (PIO) a partir de los 40 años y con una periodicidad de dos a cuatro años. Las mayores de 60 deberán hacerlo cada uno o dos años. Sin embargo, aquellas personas en situación de riesgo deberán someterse a esta revisión de forma anual y a partir de los 35 años de edad. Esta evaluación se ha visto afectada en los últimos 2 años por las presencia del COVID 19, que ha imposibilitado la realización de un correcto diagnóstico y seguimiento de la enfermedad.
En nuestro país existe una total cobertura de servicios oftalmológicos, la cual permite en los diferentes niveles de atención realizar la exploración de la tensión ocular y el fondo de ojo en todas las personas mayores de 40 años y evaluar el aspecto del nervio óptico, principalmente aquellos con antecedentes familiares de glaucoma.
Además, cada año se celebra la semana mundial del glaucoma dedicada a pacientes que sufren de esta enfermedad. La fecha es propicia para compartir experiencias con profesionales del resto del país e invitados internacionales. Este año se realiza de manera virtual, para que la experiencia llegue a todos los profesionales dedicados al tema, sin necesidad de aglomerarse o trasladarse cumpliendo con los protocolos anti-COVID-19; lo que se traduce en una mejor atención a los pacientes que sufren glaucoma.